Así como un buen perfume se descubre en tres notas aromáticas, el azafrán se descubre en tres momentos sensoriales: Al observar el rojo puro resultado de nuestro delicado proceso de desbrizne, al sentir el aroma intenso y fragante conservado en su exclusivo envase de cristal y al degustar su especial sabor que aporta distinción y originalidad gastronómica a vuestra mesa.
Artesanía y delicadeza que hacen del azafrán un producto puro, auténtico y único.
Cosechado a mano y secado a leña.