Al corte el color es blanco roto, con una textura cerrada y untuosa que se deshace. En boca desata fuerza, carácter, y personalidad propia. Tiene un gusto exquisito y está destinado a los paladares más exigentes, aunque los iniciados en la materia quedan atrapados por el recuerdo que deja en el paladar.
Los productos están elaborados con los procesos tradicionales de toda la vida, métodos opuestos a los procesos industriales que manipulan la leche siendo necesario añadir aditivos artificiales y haciendo perder cualidades naturales propias de la leche. Quesería artesanal fruto del esfuerzo y del trabajo diario para conseguir satisfacer los paladares más exigentes.
Recomendado para cualquier tabla de quesos, para comer solo, etc.
Lo podemos acompañar de un vino blanco ligeramente envejecido o con un vino tinto joven.
Premio Gold World Cheese 2018