Considerado como uno de los turrones más exquisitos de la Navidad, Yema Quemada evoca la plenitud de lo atemporal.
Redondo, cremoso y aromático, un turrón que invita a descubrir el universo de los torrefactos para deleitarnos con jugosas notas acarameladas.
Eleva la experiencia gastronómica al extremo acompañándolo con una taza de intenso café, una copa de oloroso seco o un tokaji aszú.
¿El límite?
Tu imaginación
¡Me lo llevo ya!